31 mayo 2012

Bankia en nuestras vidas

Avivando la preocupación por lo económico que viene ocupando la mente de buena parte de los españoles hace ya más tiempo del deseable, nos ha caído encima el caso Bankia, que al igual que aquel dicho poco elegante pero muy cierto, cuanto más se remueve más apesta. De hecho, tengo la sensación de que cuanto más hablemos de Bankia más dinero nos va a tocar darle para «evitar que el país se venga abajo», que resulta ser la consecuencia inevitable de no prestar la atención debida a aquella caja de ahorros que parecía inofensiva no hace tanto y que ahora nos va a costar más de 700 euros a cada español.  

Asisto, absolutamente maravillado, al esfuerzo enorme y constante del actual gobierno para distraernos con otros acontecimientos –y fútbol, mucho fútbol–, de proclamar –a ver si «cuela»– que mejor nos ponemos a arreglar el desastre y dejamos para otro momento –digamos 100 o 200 años– la búsqueda y castigo de los responsables. Incluso he podido oír al «progresista» Gallardón contestar en una entrevista televisiva que tras solucionar el problema, habría que exigir responsabilidades a Elena Salgado y Miguel A. Fernández Ordóñez; ni una palabra sobre quien ha sido presidente de Bankia, Rodrigo Rato, colocado en el puesto por el propio Rajoy en diciembre de 2010; digo yo que algo tendrá que contarnos sobre lo ocurrido en esa joya de la banca española.

No es lo único por lo que tenemos que preocuparnos; no hay día en que no leamos en el periódico que tal o cual político o personaje destacado se ha apropiado de una cantidad de dinero que ya ni nos causa espanto, porque tanto robo nos ha hecho inmunes a las cifras disparatadas. No estaría de más recordar que el escándalo económico que conmocionó España y que durante mucho tiempo fue sinónimo de estafa –asunto Matesa–, supuso un agujero de nada menos que… el equivalente a 60 millones de euros. Eso es lo que roba hoy en día cualquiera de esos gañanes desvergonzados.

Sin ir más lejos, hoy leo que el ex-presidente de la comunidad valenciana Francisco Camps ha sido nombrado «asesor» (?) de un hospital de Tarragona con un salario cercano a los 6.000 euros mensuales. También veo en televisión que no-sé-cuál personaje del PP valenciano está implicado en el desvío de subvenciones millonarias a una ONG, cuyo fin era la ayuda a países como Nicaragua y otros de África, y resulta que ese dinero ha terminado en sus bolsillos, invirtiéndolos en un par de pisos de lujo y un velero, en Valencia.

Para qué hablar de los consejos de administración de las grandes empresas, ese lugar donde se coloca a individuos cuyo único mérito es saber manejar sus contactos, con un conocimiento nulo de la actividad de la empresa, una actividad nula y unos salarios disparatados (¿recuerdan a Jaime de Marichalar, presente en numerosos consejos de administración de los que fue depuesto tras dejar de ser yernísimo?). Días pasados oí en la radio una entrevista en la que preguntaban a cierto responsable qué trabajo hacían esos consejeros y la respuesta balbuceante era que “tenían una responsabilidad…”. Eso de la responsabilidad no hay más que verlo en Bankia, ¿cómo no han clamado por lo que estaba pasando los consejeros que no pertenecían al PP? (de los del PP ya sé la respuesta).

Tengo mi propia opinión sobre todo lo que está sucediendo con tanto robo encadenado porque, no lo olvidemos, en un país donde la mayoría de la población fuese honrada ese tipo de cosas no podrían suceder, al menos de esta manera continua. Eso nos lleva a la conclusión de que aquí roba casi todo el que puede y que, sencillamente, el que no se apropia de lo ajeno es porque no tiene oportunidad. De manera bastante generalizada, nos hemos vuelto un país de gente sin moral, sin ética; un país de chorizos. Es una situación de saqueo y sálvese quien pueda.

A comienzos de noviembre del año pasado, cuando se celebraron las elecciones generales, la prima de riesgo estaba en unos 360 puntos y era esgrimido como un desastre por la entonces oposición, acompañándolo de la promesa de arreglar eso –y el paro– apenas se les permitiera tomar el poder. Ha sido magnífico: hoy la prima está en 540 y del paro mejor no hablar. Claro está que ya se sabe, todo es debido a «la herencia recibida» y al diabólico Zapatero, que les hace vudú.

No hay comentarios: