01 mayo 2024

Solamente nosotros: los legítimos dueños (y II)

No era lo único: menudeaban los broncos insultos a los que tan aficionado son en el PP y de momento lo apodaron “Falconeti” porque usaba el avión Falcon en el que desde Aznar se desplazaba el presidente del gobierno. Fue una cascada de apodos, insultos, difamaciones… nada era tabú para los dirigentes de la derecha que, poco a poco, se fueron envalentonando e inventando nuevas descalificaciones. Esto redundaba en el envalentonamiento paralelo de sus partidarios, que fueron adquiriendo suficiente atrevimiento como para agredir físicamente a cargos del PSOE y atacar sus sedes locales.  

En las últimas elecciones generales difundieron el lema “que te vote Txapote”, que era un antiguo dirigente de ETA, haciendo referencia con ello a sus acuerdos puntuales con Bildu, un partido legal con representantes en el Congreso de Diputados. En esas elecciones el PP sacó más votos que el PSOE, pero según nuestra Constitución el presidente de gobierno sería quien consiguiera más alianzas, con lo que de nuevo salió elegido presidente. La derecha se sentía con la miel en los labios, segura de ocupar la presidencia y aquello le pareció una fechoría sin nombre, así que de inmediato comenzaron una campaña de insultos y descalificaciones en las que destacó un tal Miguel Ángel Rodríguez a través de la presidenta de la Comunidad de Madrid, una extraviada ignorante y chulesca llamada Isabel Díaz Ayuso. Esta mujer fue oída y filmada cuando exclamó "qué hijo de puta" mientras escuchaba al presidente, precisamente en el Congreso de los Diputados, pero se le ocurrió hacer un chascarrillo afirmando que lo que había dicho era "me gusta la fruta" lo que fue acogido con simpatía y risas por sus correligionarios por su aguda picardía e incluso se repitió numerosas veces y se hicieron camisetas con la famosa frase. Muy ingeniosos.

Para esta mujer nada estaba fuera de lo permitido a la hora de atacar al presidente de Gobierno, algo que en ningún caso habría sido su atribución pues supuestamente quien debía dirigir los ataques al gobierno debería ser el llamado jefe de la oposición, pero este es poco imaginativo y bastante cobarde y permitió que ella ocupase su lugar en estos menesteres. 

Han practicado el acoso a la sede del PSOE en Madrid durante semanas, miles de personas con actitudes y eslóganes amenazantes y muñecos que representaban al presidente, golpeándolos con palos hasta destrozarlos. Esta gente, supuestamente "de orden", ha llegado a agredir numerosas veces a la policía que protegía la sede.

Así llegamos a nuestros días, en que el dirigente de un mal llamado ‘sindicato’ −¿dónde están los trabajadores ‘afiliados’?− de extrema derecha que ya había sido encarcelado por mentir, interpone una demanda contra la esposa de Pedro Sánchez acusándola de corrupta sin aportar prueba alguna y basándose, según sus propias declaraciones, en noticias y rumores que habían llegado hasta él. Ante esto y comprensiblemente, Pedro Sánchez arroja la toalla, suspende su agenda oficial y anuncia en carta dirigida a la ciudadanía que se toma cinco días (hasta el lunes 29 de abril) para decidir si deja la presidencia. El PP aprovecha para atacar también a su padre, su hermano y su suegro por presuntas corrupciones; por supuesto sin aportar ninguna prueba de lo que denuncian. Otra asociación de ultraderecha llamada Hazte Oír ha presentado una nueva denuncia también contra la esposa, al comprobar cómo afecta al presidente este tipo de acción. Mientras, el presidente del PP dice en televisión que hace falta un gobierno democrático, lo que supone afirmar que el actual no lo es.

Me parece improcedente la decisión, aunque entiendo la reacción, pues es difícil aguantar los ataques diarios sin terminar quebrándose. Mucho me temo que efectivamente abandone la presidencia este hombre, autor de un libro titulado "Manual de resistencia", al que por cierto yo no voté en las últimas elecciones, porque no me gustan algunas de sus decisiones y gestos, pero estoy dispuesto a volver a darle mi voto si las encuestas dan por ganadores a la derecha y extrema derecha aliados. Todo antes que colaborar a la llegada de los ineptos y rufianes de esos partidos.

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