31 diciembre 2018

Avances

Compramos en casa el pasado enero un televisor para sustituir al que teníamos desde 2003. Han sido 15 años de vida útil del sustituido, bastante más de lo que suelen durar los aparatos de estas avanzadas épocas. El nuevo es 4K, y aún no he conseguido ver ningún programa con esta definición cuando ya anuncian los 8K, una innovación tecnológica precisa, según parece, aunque calculo que al paso que vamos las emisiones normales en esa definición no llegarán hasta 2025, si es que llegan.

Veo en la prensa el anuncio de una nueva tecnología de redes móviles, la 5G, que llega cuando en la población en la que paso mis vacaciones de verano apenas hay cobertura en 3G y mi móvil (y el de la mayoría), comprado este mismo año, no está preparado para el 5G. Se trata de forzarnos al cambio de dispositivo porque eso llena los bolsillos de los fabricantes al tiempo que vacía los de los adictos a la modernidad.

De todas maneras, es cierto que me encuentro perdido entre tanto avance que percibo escasamente interesante y que requiere grandes inversiones por parte de todos, mientras permanecen sin cura enfermedades infelizmente comunes como el cáncer o la leucemia. Está claro que no debe ser tan rentables investigar medicamentos como el negocio de los smartphones.

No es en lo único que me siento extraviado, cada día leo por Internet la prensa y diría que gran parte de las figuras que se citan en portada son absolutamente desconocidas para mí, especialmente los cantantes y los actores, a los que por mucho que procuro conocerlos, se renuevan a una velocidad superior a la que yo puedo alcanzar a la hora de actualizarme. Es verdad que tampoco me apasiono excesivamente por estar al día quizás porque percibo que la distancia entre −digamos− Miles Cyrus y Nicole Kidman como actrices o Nicki Minaj y Peggy Lee como cantantes, es tan tremenda que no es solamente cuestión de edades. 

Con razón o sin ella, mi desconcierto es enorme cuando descubro que una veinteañera con la que hablo desconoce cuándo perdimos Cuba y Puerto Rico −ni siquiera el siglo−, ni puede situarlos en el mapa, y que lo suyo no es ni de lejos un caso único. Ahora nada de lo pasado importa y bastante que se hace consiguiendo atender los numerosos requerimientos que se reciben por Whatsapp o Instagram.

En numerosas ocasiones leo o escucho en los medios que la mayoría mira su móvil nada más despertarse, que hay una adicción diagnosticada a este aparatito llamada nomofobia, que personas bien entradas en años me confiesan que no podrían vivir sin el móvil, que no tengo muy claro si no es peor que aquello de hacer los primeros viernes, que al fin y al cabo, eran solo los primeros viernes (seguro que alguien no sabe ni de lo que hablo).

Y creíamos que la televisión iba a comerse el cerebro de la gente... ¿qué cerebro?

19 noviembre 2018

El turismo marabunta

No hace mucho pasé una semana en Edimburgo y la experiencia no ha sido tan positiva como esperaba. Como me decía un empleado del hotel en que me hospedé, la ciudad se ha transformado en un cascarón vacío, como según él ya lo es Londres, ciudad a la que acusaba de no existir, porque no quedan habitantes en el centro, sólo personas de paso.

Es una ciudad que sin duda tiene zonas muy bonitas y atracciones turísticas como el yate Britannia, no muy visitadas, pero en general se percibe una presencia excesiva de turistas y finalmente uno se marcha con la sensación de que no ha visto muchos escoceses y sí demasiados foráneos. Bueno, espero que lo fuera al menos el portero del hotel con su espléndido Highland dress.

Este viene siendo el final de todas las visitas turísticas: la decepción por la saturación y pérdida de identidad de lo que hemos ido a visitar. Ya me niego a ir a Venecia o a otras ciudades muy atractivas que conozco, porque sé que están demasiado concurridas de turistas, lo que uno ve es apenas un decorado como el de las películas y las personas que están deambulando por allí son lo mismo que nosotros, elementos extraños que distorsionan la realidad local.

Poco a poco se va produciendo una reacción de rechazo en esos lugares tan frecuentados −legítima defensa− y por eso Venecia ha prohibido tumbarse o sentarse en las aceras y comer en áreas públicas. Todos los turistas son un azote, pero los mochileros son la sublimación de esa condición. En la isla de Scíatos, playa de Lalaria, donde se rodó la película Mamma mia, han tenido que poner avisos de que serán encarcelados los que se apoderen de una piedra de esa playa, pues parece que el souvenir pétreo del lugar de rodaje estaba provocando el cambio de configuración y desaparición de la playa.

Además están las huellas visibles que dejamos. Ya conté que en un viaje a Budapest me tocó avergonzarme porque el único pintarrajeo en el famoso puente de las cadenas, hecho con un rotulador muy grueso, estaba en español. Pero tampoco hay que asombrarse, uno de los problemas de conservación de La Alhambra son las firmas que los visitantes se empeñan en dejar como testimonio de que ellos estuvieron allí. Y que no se crean que es una ocurrencia solo de gamberros, Washington Irving también dejó su firma en una pared del monumento, bien es cierto que lo hizo cuando el acto no era frecuente ni vulgar.

Según parece somos ya más de 7.500 millones los habitantes de este contaminado planeta y no cabemos, pero será mucho peor si no paramos de ir de un sitio a otro. Otros lugares víctimas de la sobrevisita son las playas, todos hemos podido ver personalmente o en televisión cómo se ponen las playas, que hasta el mar queda contaminado, por no recordar esas luchas por colocar la sombrilla en primera línea. ¿Se acuerdan de cuando las playas solo se llenaban −casi− los fines de semana? Yo sí. 

Y hay que agradecer hasta cierto punto la aparición de los estúpidos selfies, porque muchos en vez de dejar constancia de su presencia in situ, se conforman con llevarse el testimonio fotográfico, aunque eso significa que poca huella deja en el visitante lo visitado, porque lo más importante era la foto. Una vez conseguido el testimonio, ¡a olvidar!

El turismo ha ido desvirtuando lo que los lugares son y suscribo con sinceridad esa pintada que vi no sé dónde que afirmaba All the tourists are bastards. Claro que eso supone que no quiero ni debo ejercer de tal y por lo tanto mis viajes han de ser restringidos y del tipo que permita calificarme más bien de viajero que de turista.

Quizás lo que me ha hecho tomar conciencia del desastre ha sido ver que la ciudad donde nací, que cuando yo era niño era una delicia recorrer con libertad, en la actualidad es un zoco con colas por todas partes e infinidad de tiendas de recuerdos que han supuesto la desaparición de los comercios de toda la vida.

28 octubre 2018

O blanco, o negro

No es ningún secreto que los españoles somos gente muy amiga de la rotundidad, enemigos de las medias tintas, y por lo tanto adversarios declarados del consenso o la negociación. Para la mayoría, la vida es algo muy parecido al comportamiento de los fanáticos partidarios de los equipos punteros de fútbol: este es mi equipo y a todo lo demás, ni aire.

El otro día me decía una amiga originaria de Irlanda del Norte que ella había observado que aquí Woody Allen no dejaba a casi nadie indiferente, unos lo aman y otros lo odian. Poco futuro tenemos los que como yo vemos como de gran calidad una parte de su producción −especialmente la realizada hasta hace años− y excesivamente alimenticia la mayoría de esas películas producidas desde el engendro dedicado a Barcelona, como también esa serie para la televisión de la que he sido incapaz de ver más de dos capítulos.

Me temo que es de alcance mundial el fanatismo con que se ha abordado el asunto refugiado bajo el #MeToo¿de verdad que todos los españoles saben lo que significa esa expresión en inglés?− con el que de repente se pretende que nadie mire con ojos golosos a ninguna fémina, pese a que muchas siguen mostrando con generosidad amplias parcelas de su piel −con cierta turgencia debajo−. Seguramente, ese exhibicionismo está dirigido a un público escogido (por ellas), y siempre queda la posibilidad de, al cabo de 30 años, denunciar a alguien que les tocó el culo, olvidando que fueron ellas las que lo pusieron en bandeja para conseguir un trabajo o lo que fuera que desearan.

Ha habido durante varios días un debate −estéril por supuesto− en la prensa acerca de una canción de Mecano que iba a versionarse en no sé qué concurso de TV. El grandísimo problema es que la letra contenía la palabra «mariconez» y la concursante, muy atenta a los aspavientos que puedan favorecerla, se ha negado a incluir ese vocablo tan homófobo (así lo dice) al cantar. No importa que en su día el grupo Mecano mostraran repetidamente en sus canciones su apoyo a la causa homosexual, que incluso fueran criticados por ello. Ahora no se permite ni un desliz y si una letra de alguna de sus canciones incluye algo tan terrible, tiene que ser porque son terriblemente homófobos.

No soy militante de ningún partido ni he entregado mi corazón −político− a ninguno de ellos, aunque por supuesto los hay que cuentan con mis simpatías y otros que reciben mi más sincero rechazo. Me ha ocurrido varias veces que cuando en una reunión de amigos declaro que tal acción o tal idea de un partido opuesto a mis ideales me parece acertada, inmediatamente he sido calificado por los presentes como desorientado o fingidamente cercano al partido con el que digo simpatizar. No hay salvación: uno tiene que declarar que acepta todo lo que los dirigentes de un partido declaren −si es que se quiere que los amigos admitan que uno no es un traidor−, al tiempo que se pronuncia radicalmente en contra de todo lo que se dice en partidos opuestos, porque ya se sabe: el que se equivoca, estará siempre errado; por el contrario, si de verdad somos cercanos a un partido, hay que estar siempre apoyando lo que hace y dice, sea lo que sea.  

Esa actitud produce contradicciones llamativas, llamativas al menos para los que pretendemos no ser fanáticos en nada. A diario podemos leer el calificativo de okupa referido al actual presidente de gobierno, olvidando lo que esa palabra significa y olvidando −o probablemente desconociendo− el contenido de la actual Constitución española y, concretamente, su artículo 113. Curiosamente, de ese calificativo y de esos olvidos son autores y protagonistas los que se declaran a diario constitucionalistas. Los de siempre.

19 septiembre 2018

Más misterios dolorosos

Tranquilos, no voy a hablar de nada que se relacione con el asunto del rosario, salvo que resultan ser asuntos que me resultan misteriosos y más bien dolorosos. Vale, lo dejamos en molesto si prefieren.

Misterio nº 1 – ¿No les ha pasado nunca que cuando van conduciendo por una calle no muy ancha o en un estacionamiento subterráneo, de repente deben detenerse porque el tráfico está bloqueado?, ¿qué han pensado cuando descubrieron que el origen del atasco es que alguien –siento decir que más frecuentemente del sexo femenino– con escasa habilidad para aparcar, se empeña en colocarse hacia atrás en un aparcamiento en batería y como no es muy hábil precisa de numerosas maniobras? He visto varias veces cómo la conductora a la mitad de la operación se baja para efectuar un reconocimiento del espacio y quizás, sólo quizás, un mapa mental del terreno de operaciones.

Es un enigma para mí qué atracción ejerce esa manera de colocar el coche, salvo que se tenga la intención de atracar un banco cercano y quiera garantizarse una rápida huída. Me dice alguien que conozco y que es profesor de autoescuela que así debe hacerse por una serie de oscuras razones que no me convencieron. Para mí, cortar el tráfico para hacer esa maniobra, es de zopencos.

Misterio nº 2 – Usted coge sus gafas, las limpia cuidadosamente con agua y jabón, incluso con limpiavajillas de la cocina. Las seca cuidadosamente con un pañuelo de papel y comprueba que quedan tan transparente como si no tuvieran cristal. ¿Alguien sabría explicarme por qué diez minutos después sus cristales están tan sucios como si un niño pequeño hubiera estado jugando con ellas, tras  comer un trozo de tarta? Juro que mis manos no se han acercado en todo ese tiempo a los cristales, incluso en ocasiones ni siquiera me las he puesto, ¿será el muñeco diabólico?, ¿algún espíritu vengativo?

Misterio nº 3 – Hasta hace no tanto tiempo, cuando usted vendía un piso que poseía desde años atrás, el ayuntamiento le cobraba lo que se llama plusvalía y, aunque a regañadientes, usted lo abonaba porque lo cierto era que el piso había casi doblado su valor de mercado desde que lo compró. No le servía de nada, porque el piso nuevo también ha subido su precio una barbaridad, pero técnicamente lo cierto es que su antiguo piso tenía un valor más elevado. Ahora, tras la crisis y pérdida de valor de los pisos, que en bastantes ocasiones supera el 50% –lo he vivido en mis carnes– cabría esperar que el ayuntamiento le abonase una minusvalía, ¿no? Error, porque se atienen al llamado valor catastral, que ha sido aumentado a capricho tremendamente para que de esta manera, si vende un piso usted sigue teniendo que abonar una plusvalía, aunque en realidad haya recibido la mitad que cuando lo compró. En mi caso, que conservé el piso cinco años y cinco días, tuve que declarar y cotizar sobre una ganancia virtual de más del 22% –un 3,7% por cada año o fracción– del valor que tenía cuando llegó a mi poder.  Supongo que esto es lo que deben llamar ingeniería financiera para víctimas.

Misterio nº 4 – La política española ha descubierto un nuevo asunto donde hincar el diente: los títulos universitarios, tesis y másteres. Ya saben, todo viene de cuando a la presuntamente impecable presidenta de la Comunidad de Madrid se le descubrió un máster del que presumía, pero que no había hecho. Todo era producto de las fechorías de cierta universidad que tenía por norma regalar a políticos, del signo que fuera, un máster del que ufanarse e incluir en su currículum.  

Ya lo sabemos todos, esa impecable presidenta fue abochornada y se vio obligada a dimitir de su puesto e introducirse en esa neblina en que vivimos los ciudadanos normales. Por cierto que no era tan impecable; su nombre saltó a la fama antes de ser presidenta cuando conduciendo una motocicleta que no tenía pasada la ITV hizo una maniobra temeraria y quedó con buena parte de sus huesos para el arrastre; los daños en el rostro debieron ser terribles, de ahí su aspecto. A cualquiera esa hazaña le hubiera costado un buen paquete, pero en su caso ni siquiera volvió a hablar de ello.

Descubierto el truco, es fácil. Se repasan los currículos de todos los políticos y a la más mínima, garrotazo. El colmo, el caso del actual presidente del gobierno al que tantos quieren tirar por tierra. Primero se le dice que no tiene hecha la tesis; después que esa tesis no es accesible para fotocopiar o almacenar digitalmente. Cuando finalmente se cuelga en la red, se pregunta ¿la hizo verdaderamente él o le ayudaron? Tremenda duda, ¿no? Sugiero el viejo truco de colocar astillas entre la uña y la carne para que confiese, el muy rufián...

Esto me recuerda aquella costumbre de los curas de antaño de preguntar si se habían cometido actos impuros y si la respuesta era afirmativa, con qué mano. Y así sucesivamente.  

04 septiembre 2018

Especie en extinción

Debería tener mucho cuidado con lo que escribo, pues soy consciente de que al menor descuido este texto puede parecer que ha salido de la mente (?) de un militante de algún grupo de ultraderecha, pero puesto que este blog es prácticamente onanista, permanece más tiempo cerrado que abierto y no padece de aglomeraciones, no encuentro razón para no poner lo que me venga en gana, no tengo por qué fingir, como consciente o inconscientemente hace la mayoría.

Me ha dado por inquietarme por la invasión de Europa que desde todos los frentes va teniendo lugar, sea desde la cercana África a nuestro cercano y medio oriente (Siria, Pakistán, India, etc.) sin olvidar a casi todos los países hispanos de América. Hay un flujo permanente desde esos orígenes hacia Europa y mientras unos se indignan por pura xenofobia o racismo, otros lo apoyan pensando que con eso procuran una vida mejor a algunos parias de la tierra, en tanto que lo que sin duda se consigue es tirar abajo salarios y ayudar a muchos empresarios a conseguir mano de obra barata. Pura satisfacción y beneficio para los que gobiernan actualmente Europa, que son los únicos profundamente interesados y beneficiados por la inmigración.

Tampoco nos hagamos ilusiones, los que vienen no son siempre los desheredados de sus países, hay de todo pero con certeza quienes tienen dinero para pagar a las mafias, se incluyen los desechos de cada lugar, ¿no recuerdan el asunto de los marielitos de Cuba en 1980? En aquella ocasión, más de 125.000 cubanos abandonaron la isla hacia Florida con permiso de su gobierno y después EE.UU. montó en cólera porque eran de lo peorcito que había en Cuba, se les llenó el sur –en especial Florida– de delincuentes. Fidel Castro lo había agravado soltando delincuentes de las cárceles. Me encantó la jugada.

Aquí protestamos y nos estremecíamos por el llamado toro de la Vega. En esos países las víctimas torturadas no son toros, sino personas, y nosotros mismos y en toda Europa protagonizamos situaciones similares durante la guerra civil o la segunda guerra mundial, pero mejor o peor lo hemos superado, hemos evolucionado. Lo cierto es que los países de los que proceden esos inmigrantes –Mali, Sierra Leona, Camerún, El Salvador, los Balcanes, Siria, etc.– viven con frecuencia sumidos en una sociedad de violencia brutal y hayan participado o no de esa violencia, es innegable que quienes vienen han convivido con ella y forma parte de su entorno habitual hasta el punto de insensibilizarlos en todo o en parte respecto de esa barbarie.

No me resulta indiferente el esfuerzo de algunos por proteger la existencia de especies en extinción y por eso me alegran los progresos logrados con el lince ibérico, el bisonte europeo y otros, para evitar que ocurra con ellos lo mismo que con tantas especies que no conocemos sino disecadas en museos. Nadie sin embargo parece preocuparse por la supervivencia del europeo, no ya como raza –que no existe– sino como manera de entender el mundo, de relacionarse, después de tantos siglos de tiranías, guerras y enfrentamientos.

Todo el mundo pediría que se cerraran las fronteras si un virus de otras latitudes como el Ébola pudiera introducirse y causar una grave mortandad, sin embargo nadie parece darse cuenta de que la inmigración masiva, sin tiempo para ser asimilada e integrada, no supone sólo la aparición de esos guetos que tantos problemas causan ya en Francia y Reino Unido, sino la desaparición de la convivencia tal y como la conocemos, ya se ha dicho entre otras cosas que este continente tendrá una población mayoritariamente musulmana a lo largo del siglo actual, cuando apenas ahora comenzamos a controlar al cristianismo y sus brutalidades, sería por tanto penoso que dentro de 50 años en Europa se permitiera la lapidación, por poner un ejemplo, como ya se ha colado esa barbaridad de la ablación del clítoris o las vestimentas femeninas de los musulmanes que tapan en parte o todo el rostro y cuerpo de las mujeres. La casi totalidad de los países musulmanes viven todavía con mentalidad de hace varios siglos. Toda esa gente viene de países muchas veces ricos en materias primas, pero no son capaces de organizar la convivencia y el reparto de la riqueza, la violencia brutal forma parte de su vida y todo eso viaja con ellos y se implanta aquí. Es conocido el episodio de una patera en que tras unas peleas entre ellos, la mitad de los pasajeros arrojó al agua a la otra mitad. Como si no tuviéramos ya bastante violencia e injusticia propia. Ahí tienen a las bandas latinas (lean la prensa de ayer), un perfecto ejemplo de violencia de importación, tan extraña a nosotros como pueda ser el ornitorrinco; por no hablar de las explosiones de violencia de los manteros, que hacen huir a la policía. Preocúpense por saber de entre las muertas por violencia machista, cuántas pertenecían a parejas extranjeras o mixtas.

No es racismo, pero me gustaría que Europa siguiera siendo lo que ha llegado a ser y no que se iniciara una vuelta atrás provocada por quienes no han intentado o conseguido que sus países alcancen un nivel de equilibrio y buen gobierno aceptable y eso lo digo siendo consciente de que la situación de nuestro entorno no es precisamente para estar tranquilos, pero estamos a enorme distancia de –por ejemplo– Guinea Ecuatorial, un país que desde hace bastantes años ha multiplicado su riqueza gracias al petróleo, pero vive sumido en la pobreza (el 65% en la pobreza extrema) mientras su dictador Teodoro Nguema vive en la opulencia y su hijo «Teodorín» derrocha por el mundo los millones, posee yates y colección de coches de lujo. Travesuras de la estadística, Guinea Ecuatorial posee actualmente la renta per cápita más alta de África, pero su reparto es peor que cuando era colonia española. Por supuesto, muchos dirán que la culpa de toda esa injusticia la tienen los países occidentales, pero ¿cómo es que los nativos lo consienten?, ¿cuántas revoluciones como la francesa, la americana o la rusa han tenido lugar en África?

Creo que ningún medio de comunicación conocido permitiría la publicación de este texto y lo apartarían de su vista horrorizados mientras me tachaban de nazi, como poco; bueno, quizás lo publicara La Razón, lo que no ayudaría a que me sintiera respaldado. Ese rechazo es normal y previsible, porque vivimos en una época en la que el buenismo ha surgido con una fuerza tremenda, quizás como reacción a los atropellos de los que somos objeto cada día, pero yo pediría que antes de echarse las manos a la cabeza se dedicase siquiera un par de minutos a reflexionar si lo que digo es realmente un disparate o son escenas que podemos ver en la prensa cada día. Y conste que no me interesa la complicidad de los racistas o xenófobos, ni me quita el sueño la desaprobación de nadie.

29 agosto 2018

Profesiones con futuro


Peluquero de señoras en el País Vasco y Navarra – Sabido es que actualmente allí se lo cortan con un cuchillo de cocina y, aunque no son conscientes del aspecto deplorable que les otorga, con el tiempo adorarán cortarse el pelo como en el resto de Europa. A esta actitud de descuido de la peluquería se han incorporado  hace tiempo las componentes femeninas de la CUP, que parece que se cortan el pelo con un recortasetos.

Borrador de tuits de políticos – Cada vez que se inventa una nueva ocurrencia de eso que llaman redes sociales, los más tontos del planeta se apresuran a verter en ella sus ocurrencias y, como es natural los políticos y "activistas" en cabeza, olvidando que lo que se escribe ahí queda. Estamos viviendo cada día casos de tuits que acaban con la carrera política o profesional de algún descerebrado y por eso será muy demandada la profesión de borrador de tonterías.

Implantador de expresiones o palabras estúpidas – Son por lo general personas que se consideran periodistas, pero de momento cualquiera puede hacer su aportación sin ser acusado de intrusismo. Tenemos como ejemplo de gran éxito lo de seres queridos, una repugnante traducción del original inglés loved ones, que ha sido adoptada de inmediato por todos los medios y, lo que es más curioso, por el ciudadano común. Atrás queda lo de allegados porque resulta demasiado clásico, sencillo y supongo que viejuno. Tampoco hay que olvidar lo de tener sexo –¿es que “tener”, no lo tenemos todos?– para referirse al mantenimiento de relaciones sexuales, traducción brutal y literal de have sex. Ignoro la procedencia de esa otra expresión de moda: choque de trenes para hacer referencia a un conflicto entre dos partes seriamente discrepantes.

Fundador de ONG – En un principio, gente con buenas intenciones practicaban tareas sociales sin recibir nada por ello y tan solo guiados por su generosidad o sentimiento religioso. Con el tiempo, la existencia de subvenciones, la notoriedad social, la posibilidad de crear su propia república, hizo que esa creación de organizaciones presuntamente de beneficencia dio lugar al exceso de ONG y al hartazgo progresivo de parte de la población. No es mal negocio si uno es algo aventurero y sabe gestionarse las subvenciones.

De momento, le niego el saludo a cualquier persona que forme parte o ayude económicamente a las ONG relacionadas con la inmigración ilegal o empeñadas en legalizarla.

Realizador de gráficos falsos para el PP – Existe una cierta afición entre ciertos políticos a realizar gráficos en base a datos falsos, sabedores quienes los exhiben de que al estar hechos en colorines y con sus barras de distintas alturas, la gente lo va a dar por bueno sin más análisis. Cuidado, el que más gusta de estos gráficos es, según afirma y muestra la prensa, el moderno e impaciente Pablo Casado, el de la verborrea convincente y los gráficos divinos de la muerte (recordatorio). Asombrosamente, aunque la cifra disminuya, la barra siguiente del gráfico es más alta que la anterior. Pura magia.

07 mayo 2018

Pensiones y pensionistas

Jubilados tal cual gusta presentarlos a la prensa
Andan los pensionistas manifestándose casi día sí y día no −en Bilbao esta semana dos días− por las pensiones que perciben y aunque parezca que todos quieren lo mismo no es cierto ni de lejos. Comenzó con lo que era un común denominador: eso de subir el 0,25% dispuesto por M.Rajoy durante tantos años no sólo era una estafa, sino que era un insulto directo a los que viven de una pensión. Curiosamente, hay quienes argumentan que los pensionistas incluso han ganado poder adquisitivo durante los años de la crisis −esa que dicen que ya acabó− lo que es una mentira fastuosa.

Esta misma noche he tenido que oír en televisión cómo afirmaba tal cosa una periodista más facha que Francisco Marhuenda, que además presumía de ser experta en economía y aseguraba que los años de deflación han servido incluso para que los pensionistas ganen poder adquisitivo; nada menos.

Se manejan cifran y como siempre que ocurre tal cosa se manejan para machacar al oponente con números que respaldan falacias. Las pensiones son por definición poco generosas y por lo tanto aparte de que en muchas ocasiones tienen que servir para mantener a los hijos o nietos en el paro, porque sigue siendo muy elevado y los famosos empleos creados por el régimen son precarios y escasos, han tenido que cargar con algo que hasta ahora no he oído citar. Hablo del copago farmacéutico impuesto a los jubilados y sobre todo, de las numerosas medicinas que han dejado de ser suministradas por la seguridad social y que, por tanto, son costeadas en un cien por cien por el pensionista. Muchas, buena parte de ellas, las que son consumidas regularmente por las personas mayores o enfermos crónicos. También han soportado, y esto como todos, las abusivas subidas de gas y electricidad que aparentemente no se reflejan en el IPC.

Yo, que soy pensionista, me he abstenido de ir a las manifestaciones por dos motivos fundamentales: se ha desvirtuado la reivindicación original y además he sabido que no soy persona grata para el grueso de los pensionistas por ser uno de los muchos que disfrutan de la llamada pensión máxima, que es tanto como decir eso de que en el país de los ciegos... También he podido observar que se aprovechan las movilizaciones para que el que tiene una pensión baja, pretenda que se la incrementen en un 50% o más para tener una pensión digna. Me pregunto si pensaban en esa dignidad cuando cotizaban lo mínimo.

Sostiene el gobierno que no hay dinero para subir más del 0,25%, pero ha bastado que un partido le diga que no apoya los presupuestos del año que viene para que de repente hayan encontrado dinero para subir no está muy claro cuánto ni a qué pensiones, pero más de ese infame 0,25% para todos. Eso, si es que hay presupuestos...

No hay que ser economista para darse cuenta de que con los salarios de miseria actuales no hay cotizaciones suficientes como para mantener el sistema de pensiones y hay quienes quieren provocar una guerra generacional entre trabajadores con bajos salarios y pensionistas. Pero es verdad que resulta chocante que la pensiones sean más elevadas que los salarios, aunque la responsabilidad no sea de los pensionistas, sino de los puestos de trabajo con bajísimas retribuciones agenciados por este gobierno, de los que tanto se ufana.

Por otro lado, el otro día leí algo que me dejó perplejo. Resulta que la SS ha sido durante décadas un buen negocio para el estado, que se ha embolsado hasta 1997 todos los superávits que se producían cada año. Después, se ha destinado sólo parte del superávit y de los beneficios al Fondo de Reserva −incluso durante los gobiernos de Zapatero− y de remate el gobierno del PP ha regalado cotizaciones a los empresarios a cambio de producir empleo (?), lo que significaba y significa financiar sus políticas regalando como suyo dinero que debería recibir la SS. Al tiempo, se ha merendado los casi 70.000 millones del Fondo de Reserva de las pensiones −la famosa hucha− e incluso ha tenido que pedir un crédito de unos 16.000 millones para poder pagar las pensiones de 2018, porque la hucha ya se acabó. Se repite una y otra vez que es preciso cambiar el sistema, pero hasta ahora nadie ha intentado nada. No quiero ser pesimista, pero...

03 mayo 2018

Manadas

Con una opinión pública habitualmente desinformada y extremadamente aficionada a tomar partido apasionadamente, nos toca aguantar con resignación a mí al menos una permanente aparición en la pantalla de la televisión de pancartas luciendo el lema "Yo sí te creo", que me deja casi perplejo por la unanimidad y por la vehemencia de sus portadoras. Por cierto que muchas veces añaden a ese lema la palabra "hermana", porque en España surge la hermandad cuando es contra alguien. ¡Hasta las monjas Clarisas de Villaviciosa (Asturias) se han manifestado a favor de la víctima!

Siempre pensé que eso de creer era algo que se practicaba con la Santísima Trinidad que ya es duro de creer o con las cuentas del PP de Madrid, pero resulta que yo estaba equivocado y ahora se trata simplemente de creer lo que alguien dice, sin apoyatura de ninguna clase.

Me estoy refiriendo, está claro, al asunto de esa panda de imbéciles conocidos como La Manada, de profesión sus aspavientos machotes y sus giras en pos de gorditas, como puede leerse en sus propias comunicaciones a través de las redes sociales, quizás porque piensan que las que padecen  sobrepeso serán más asequibles a la hora de dejarse abordar para cometer alguna barbaridad con ellas.

Dice el diccionario de la RAE acerca del verbo creer en su primera acepción "Tener algo por cierto sin conocerlo de manera directa o sin que esté comprobado o demostrado." y verdaderamente se cumplen estas condiciones para quienes afirman creer en la pobre víctima y piden para los culpables cadena perpetua o cosa semejante. Se cumple porque, según tengo entendido, nadie salvo los jueces y abogados han podido ver los vídeos que los imbéciles hicieron y por lo tanto esa fe es auténtica y basada en imaginaciones y habladurías, que no en las únicas pruebas existentes.

Según se contó en la prensa, a poco del suceso los abogados defensores pusieron un detective a seguirle la pista a la víctima, con el propósito de demostrar que su vida habitual no era excesivamente ejemplar, pero las acusaciones particulares y públicas exigieron de inmediato la retirada del informe de ese seguimiento, anulando así la posibilidad de saber algo más sobre la víctima, que sobre los agresores ya se sabe todo lo que se quiera.

Puesto que es inevitable que, dado el bombardeo constante, cada uno tenga su propia opinión, opinión basada en pálpitos, que no en pruebas, la mía es que no me inclino por ninguna de las partes y sobre todo lo que está ocurriendo y considerando los tiempos que no están tocando vivir, estimo que lo lógico es que los jueces, como conocedores hasta lo posible de los hechos, son los que deben sentenciar y así lo han hecho, aunque la casi totalidad de los españoles ya haya tomado partido en base a nada. También me parece una oportunidad muy bien aprovechada de las mujeres que dirigen el movimiento feminista para mostrar su poderío, y de verdad que parece casi ilimitado. Muy bien gestionado y manejado, pobre del juez que se atrevió a dar un voto particular y pobre su carrera judicial.

Como dijo uno de los abogados defensores: "Si lo que se estuviera juzgando fuera la estupidez, mis defendidos merecerían cadena perpetua; pero no es eso lo que está valorándose".

Mientras, las protestas han llegado al Parlamento Europeo, a la ONU y no me extrañaría que hasta a Kim Jong-un y ya se sabe lo equilibrados y justos que suelen ser los juicios de estos entes. Si Puigdemont está recibiendo numerosos apoyos para defenderle del sistema no democrático español, y el atroz atropello del que está haciéndole víctima el Estado, no quiero ni pensar el que recibirán unas pobres mujeres indefensas, como las que en la foto se enfrentan a la policía foral de Navarra.