07 mayo 2018

Pensiones y pensionistas

Jubilados tal cual gusta presentarlos a la prensa
Andan los pensionistas manifestándose casi día sí y día no −en Bilbao esta semana dos días− por las pensiones que perciben y aunque parezca que todos quieren lo mismo no es cierto ni de lejos. Comenzó con lo que era un común denominador: eso de subir el 0,25% dispuesto por M.Rajoy durante tantos años no sólo era una estafa, sino que era un insulto directo a los que viven de una pensión. Curiosamente, hay quienes argumentan que los pensionistas incluso han ganado poder adquisitivo durante los años de la crisis −esa que dicen que ya acabó− lo que es una mentira fastuosa.

Esta misma noche he tenido que oír en televisión cómo afirmaba tal cosa una periodista más facha que Francisco Marhuenda, que además presumía de ser experta en economía y aseguraba que los años de deflación han servido incluso para que los pensionistas ganen poder adquisitivo; nada menos.

Se manejan cifran y como siempre que ocurre tal cosa se manejan para machacar al oponente con números que respaldan falacias. Las pensiones son por definición poco generosas y por lo tanto aparte de que en muchas ocasiones tienen que servir para mantener a los hijos o nietos en el paro, porque sigue siendo muy elevado y los famosos empleos creados por el régimen son precarios y escasos, han tenido que cargar con algo que hasta ahora no he oído citar. Hablo del copago farmacéutico impuesto a los jubilados y sobre todo, de las numerosas medicinas que han dejado de ser suministradas por la seguridad social y que, por tanto, son costeadas en un cien por cien por el pensionista. Muchas, buena parte de ellas, las que son consumidas regularmente por las personas mayores o enfermos crónicos. También han soportado, y esto como todos, las abusivas subidas de gas y electricidad que aparentemente no se reflejan en el IPC.

Yo, que soy pensionista, me he abstenido de ir a las manifestaciones por dos motivos fundamentales: se ha desvirtuado la reivindicación original y además he sabido que no soy persona grata para el grueso de los pensionistas por ser uno de los muchos que disfrutan de la llamada pensión máxima, que es tanto como decir eso de que en el país de los ciegos... También he podido observar que se aprovechan las movilizaciones para que el que tiene una pensión baja, pretenda que se la incrementen en un 50% o más para tener una pensión digna. Me pregunto si pensaban en esa dignidad cuando cotizaban lo mínimo.

Sostiene el gobierno que no hay dinero para subir más del 0,25%, pero ha bastado que un partido le diga que no apoya los presupuestos del año que viene para que de repente hayan encontrado dinero para subir no está muy claro cuánto ni a qué pensiones, pero más de ese infame 0,25% para todos. Eso, si es que hay presupuestos...

No hay que ser economista para darse cuenta de que con los salarios de miseria actuales no hay cotizaciones suficientes como para mantener el sistema de pensiones y hay quienes quieren provocar una guerra generacional entre trabajadores con bajos salarios y pensionistas. Pero es verdad que resulta chocante que la pensiones sean más elevadas que los salarios, aunque la responsabilidad no sea de los pensionistas, sino de los puestos de trabajo con bajísimas retribuciones agenciados por este gobierno, de los que tanto se ufana.

Por otro lado, el otro día leí algo que me dejó perplejo. Resulta que la SS ha sido durante décadas un buen negocio para el estado, que se ha embolsado hasta 1997 todos los superávits que se producían cada año. Después, se ha destinado sólo parte del superávit y de los beneficios al Fondo de Reserva −incluso durante los gobiernos de Zapatero− y de remate el gobierno del PP ha regalado cotizaciones a los empresarios a cambio de producir empleo (?), lo que significaba y significa financiar sus políticas regalando como suyo dinero que debería recibir la SS. Al tiempo, se ha merendado los casi 70.000 millones del Fondo de Reserva de las pensiones −la famosa hucha− e incluso ha tenido que pedir un crédito de unos 16.000 millones para poder pagar las pensiones de 2018, porque la hucha ya se acabó. Se repite una y otra vez que es preciso cambiar el sistema, pero hasta ahora nadie ha intentado nada. No quiero ser pesimista, pero...

03 mayo 2018

Manadas

Con una opinión pública habitualmente desinformada y extremadamente aficionada a tomar partido apasionadamente, nos toca aguantar con resignación a mí al menos una permanente aparición en la pantalla de la televisión de pancartas luciendo el lema "Yo sí te creo", que me deja casi perplejo por la unanimidad y por la vehemencia de sus portadoras. Por cierto que muchas veces añaden a ese lema la palabra "hermana", porque en España surge la hermandad cuando es contra alguien. ¡Hasta las monjas Clarisas de Villaviciosa (Asturias) se han manifestado a favor de la víctima!

Siempre pensé que eso de creer era algo que se practicaba con la Santísima Trinidad que ya es duro de creer o con las cuentas del PP de Madrid, pero resulta que yo estaba equivocado y ahora se trata simplemente de creer lo que alguien dice, sin apoyatura de ninguna clase.

Me estoy refiriendo, está claro, al asunto de esa panda de imbéciles conocidos como La Manada, de profesión sus aspavientos machotes y sus giras en pos de gorditas, como puede leerse en sus propias comunicaciones a través de las redes sociales, quizás porque piensan que las que padecen  sobrepeso serán más asequibles a la hora de dejarse abordar para cometer alguna barbaridad con ellas.

Dice el diccionario de la RAE acerca del verbo creer en su primera acepción "Tener algo por cierto sin conocerlo de manera directa o sin que esté comprobado o demostrado." y verdaderamente se cumplen estas condiciones para quienes afirman creer en la pobre víctima y piden para los culpables cadena perpetua o cosa semejante. Se cumple porque, según tengo entendido, nadie salvo los jueces y abogados han podido ver los vídeos que los imbéciles hicieron y por lo tanto esa fe es auténtica y basada en imaginaciones y habladurías, que no en las únicas pruebas existentes.

Según se contó en la prensa, a poco del suceso los abogados defensores pusieron un detective a seguirle la pista a la víctima, con el propósito de demostrar que su vida habitual no era excesivamente ejemplar, pero las acusaciones particulares y públicas exigieron de inmediato la retirada del informe de ese seguimiento, anulando así la posibilidad de saber algo más sobre la víctima, que sobre los agresores ya se sabe todo lo que se quiera.

Puesto que es inevitable que, dado el bombardeo constante, cada uno tenga su propia opinión, opinión basada en pálpitos, que no en pruebas, la mía es que no me inclino por ninguna de las partes y sobre todo lo que está ocurriendo y considerando los tiempos que no están tocando vivir, estimo que lo lógico es que los jueces, como conocedores hasta lo posible de los hechos, son los que deben sentenciar y así lo han hecho, aunque la casi totalidad de los españoles ya haya tomado partido en base a nada. También me parece una oportunidad muy bien aprovechada de las mujeres que dirigen el movimiento feminista para mostrar su poderío, y de verdad que parece casi ilimitado. Muy bien gestionado y manejado, pobre del juez que se atrevió a dar un voto particular y pobre su carrera judicial.

Como dijo uno de los abogados defensores: "Si lo que se estuviera juzgando fuera la estupidez, mis defendidos merecerían cadena perpetua; pero no es eso lo que está valorándose".

Mientras, las protestas han llegado al Parlamento Europeo, a la ONU y no me extrañaría que hasta a Kim Jong-un y ya se sabe lo equilibrados y justos que suelen ser los juicios de estos entes. Si Puigdemont está recibiendo numerosos apoyos para defenderle del sistema no democrático español, y el atroz atropello del que está haciéndole víctima el Estado, no quiero ni pensar el que recibirán unas pobres mujeres indefensas, como las que en la foto se enfrentan a la policía foral de Navarra.