10 junio 2021

Curso abreviado de español para extranjeros

He visto hace unos días en la prensa un anuncio que decía: «Descubre los "leggins" con efecto "push up"» (las comillas inglesas son mías). Después de meditar un buen rato sobre ese texto he llegado a la conclusión de que los españoles no vamos a aprender inglés porque no hay manera, pero sí es cierto que, gracias al neoespañol, el inglés nos suena lo suficiente como para apañarnos. Nadie pestañea si lee en la prensa u oye en la televisión cosas como backstage: bambalinas, bastidores, casual: (estilo) informal, celebrities: famosos, dress code: etiqueta, fashion o trendy: de última moda, tendencia, fitting: prueba de vestuario, front row: primera fila, it-girl: chica de moda, etc. De lo de bizarre: raro (y ya bizarro también), prefiero no hablar.

Sí sería conveniente que puesto que aquí nunca llegaremos a hablar inglés como lo hacen holandeses, suecos y demás indeseables, tratemos de enseñar nuestra lengua actual a los extranjeros, una vez que mediante burradas hemos conseguido que el español sea más simple que el swahili. Tengamos en cuenta que ellos ya se saben "fiesta", "sangría", "guerrillero" y "paella". ¡Se saben lo fundamental!

Para empezar, hay que explicarles que aunque en las escuelas de idiomas se insista en lo contrario, el único pronombre personal es prácticamente "tú". Olviden todo eso de usted, vos, etc.: si se encuentran frente a un campesino digan tú. Si están con el rey, digan tú. Si con un juez en el ejercicio de sus funciones, tú. Si ven al papa, tú. No falla y la prueba está en la periodista que ya se dirigió a Felipe VI tuteándolo. En Europa nos consideran sin modales, ¡qué sabrán ellos lo que es modernez!

Sabemos que en inglés se molestan en distinguir entre "hear" y "listen", en francés "entendre" y "écouter", italiano "udire" y "ascoltare", portugués "ouvir" y "escutar", etc. En español hemos olvidado el verbo "oír" y resuelto este tremendo lío y se dice siempre "escuchar". Aunque sorprenda, aquí los truenos, los disparos o las explosiones se "escuchan". Muy apropiado para mentes sencillas; es decir, casi todas.

Algunos ignorantes −muy pocos− siguen creyendo que los superlativos se forman anteponiendo el adverbio "muy" o añadiendo el sufijo "-ísimo", pero las mentes simplificadoras han inventado algo que anteponiéndolo a lo que sea extreme su significado: "super". Por ejemplo, superbueno, superlejos, supercaro, etc. Atractivo, ¿no?

Hay gente retorcida que en las escuelas han estado enseñando hasta hace bien poco que las preposiciones son "a, ante, bajo, cabe, con, contra...", ¡¡qué ganas de complicar la vida!! Solemos usar las preposiciones para indicar procedencia, destino, situación y cosas de esas, así que en neoespañol basta con preceder la palabra con la expresión "a pie de", con lo que se consigue un simpático efecto de modernidad al tiempo que se evitan complicaciones. No me negarán que, por ejemplo, "a pie de arcén" o "a pie de pozo" o "a pie de playa" queda genial, ¿verdad? No es muy académico pero ¿qué más da?

No todo van a ser buenas noticias y para eso ciertos políticos han inventado un truco para complicarlo todo. La mala es que si antes usted podía escuchar, por ejemplo, en una asamblea de padres en el colegio algo así como "Los profesores han decidido que a partir de ahora los alumnos y sus padres...", en la actualidad para ser correctos hay que decir "Las profesoras y los profesores han decidido que a partir de ahora las alumnas y los alumnos y sus madres y padres...", lo que evidentemente dificulta mucho el habla, pero la buena es que a un extranjero probablemente no se le va a exigir ese perfeccionamiento que, en realidad, es una solemne mamarrachada.

Complementando lo dicho en el párrafo anterior no está de más advertir que esa norma solo es aplicable a palabras que en su forma singular terminen en las vocales "o" o "e", como niño o abogado o monje, que son vocales asociadas al sexo masculino y por lo tanto, malas. Si por el contrario la palabra termina en "a", como policía o dentista o malabarista, no hay que cambiar nada, porque la "a" es una vocal buena. Resumiendo: si se trata de un policía masculino, diremos "policía" a secas. Si de una bombero femenina, diremos "bombera" (leído en la prensa hace pocos días).

Por último, pero no menos importante, recuerde que al finalizar una charla y despedirse de su interlocutor debe decir "¡venga!", que viene a ser un final entre cortés y cariñoso que invita al otro a sobrellevar pacientemente las adversidades que puedan alcanzarle.

No hay comentarios: