16 septiembre 2021

Desdoblamientos

Andaluzas y andaluces de Jaén,
aceituneras altivas y aceituneros altivos,
decidme en el alma: ¿quién,
quién levantó los olivos-olivas-olives?

Que nadie se alarme, este espanto no lo escribió Miguel Hernández ni nadie de su condición. Esto de más arriba es lo que llegaría a escribir algún desquiciado que participara de los desatinos de la llamada «ministra de Igualdad» actual y de sus muy numerosos seguidores, capaces de adaptarse a los delirios de aquella para no perder votos de una parte, espero que no significativa, de esa mitad de los habitantes de este país que se denominan "españolas".

Para que sepan a quién me estoy refiriendo, la ministra de Igualdad es esa que ha declarado que las españolas y las afganas están sometidas a regímenes similares de machismo y patriarcado y que en España hay una tasa insoportable de crímenes machistas (menor de 1/1000000). Por si no les basta para saber de quién hablo, su nombre es Irene Montero, la vergüenza de muchos por su pertenencia al gobierno actual y  que es la responsable de que muchos votantes del PSOE abandonen su intención de votar a ese partido en el futuro, porque NADA justifica la permanencia de esa fanática descerebrada en un puesto de relevancia.

Es la principal promotora del desdoblamiento por sexos (ya lo he recordado en otras entradas, y lo llaman "género", como en inglés) junto con personajes de la calaña de Carmen Calvo, Ione Belarra y otros especímenes de similar desvarío. Junto con su cuadrilla ha conseguido que este país sea un país incómodo, inquisitorial, mojigato, en el que expresarse en público haya pasado a ser una actividad de riesgo. Hemos pasado de un régimen de aceptable libertad a una especie de talibanismo pretendidamente progresista. Parece que no nos gusta la libertad y por eso apenas ha durado veinte años desde que presenciamos su llegada.

No está sola. Con motivo de la evacuación que se ha llevado a cabo en Afganistán, Yolanda Díaz −ministra de Trabajo− compañera de gobierno y feminismo, aunque no de partido, ha tenido el desparpajo de felicitar a “las trabajadoras y los trabajadores públicos” −por la evacuación de Afganistán− para evitar las palabras "militares" o "soldados", que detesta, buscándose con ello la reprobación de la ministra de Defensa, Margarita Robles. A aquella yo la tenía por persona inteligente hasta que soltó la ocurrencia de "matria", pero los complejos y limitaciones resultan difíciles de sortear a quienes están inmersos en ellos. Viven en un mundo paralelo.

Antes, a las pocas mujeres que se atrevían a llevar los senos (tetas) parcialmente a la vista se las consideraba un poco alocadas. Ahora, si un hombre se atreve a mirar lo que generosamente se exhibe es un depravado reprimido. Las tetas, de ser algo agradable −si son bonitas− han pasado a ser una trampa para despistados porque solo pueden mirarse si se tiene una autorización por escrito de la portadora. 

Volviendo al asunto del desdoblamiento por sexos pregunto: ¿es que sus promotoras (y algunos varones también) ignoran que al igual que el francés, el portugués y el italiano, el español proviene del latín? Los romanos no cayeron en advertir que en un futuro habría quienes por razón de su fanatismo de no se sabe muy bien 'qué', se dedicarían a intentar destrozar la lengua española mediante ese desdoblamiento además de un tuteo desagradable y pegajoso.

En lo de la lengua española ha encontrado el campo abonado, pues ya nadie sabe nada, ni hablar o escribir correctamente; un conocimiento que ha pasado a ser propio de cursis y pedantes. Nadie se atreve a defender la lengua española, ni la propia Real Academia.

*Escribo esto con un 'procesador de textos'. Considero significativo que al escribir "varones" me haya dicho que esa palabra no existe, que debo querer decir "barones". Todo un símbolo.


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