01 abril 2016

¿Por qué?

¿Por qué las modelos de pasarela tienen siempre caras de estar cabreadas?, ¿de verdad creen que eso les otorga más atractivo o es debido al hambre que pasan para estar tan esqueléticas? He leído en la prensa una explicación que parece verosímil: ellas son escogidas y lanzadas a la fama por personas a las que no les gustan las mujeres, ¿lo cogen?

¿Por qué quienes en España cruzan por un paso de cebra lo hacen con la parsimonia de quienes pasean por el parque y a veces con un aire desafiante? Ya les dejaba hacerlo así por un paso de cebra en Roma o París, por citar sólo un par de ciudades donde se les echarían encima, y me parecería muy bien. Yo, al cruzar andando acelero mi paso como cortesía hacia el conductor que espera. Porque también soy conductor.

¿Por qué ese juego de mesa tan antiguo –ahora un poco abandonado porque con tanto especulador es como nombrar la soga en casa del ahorcado– que se llamó durante 30 ó 40 años El Palé, pasó a llamarse Monopoly, pronunciado y acentuado como si fuera español? No vale salir con aquello de que es su nombre original, haberse acordado antes.

¿Por qué la natación sincronizada ha pasado del estilo suave y armonioso de Esther Williams al actual de convulsiones espasmódicas? Resultaba relajante ver los movimientos sincronizados de las nadadoras; ahora, al menos a mí, me resulta crispante y desagradable y temo que enmascare un ataque epiléptico.

¿Por qué han desaparecido aquellos escobones de los barrenderos y se han sustituido por esos escandalosos sopladores que montan un ruido insoportable y producen una polvareda que ensucia todo y afecta a las personas con dolencias respiratorias? Usted va por la calle y se encuentra de repente con los operarios de estos artefactos y no puede evitar que le dejen los pulmones para el arrastre.

¿Por qué los españoles han abrazado con pasión esa costumbre americana de poner los títulos de canciones, libros, películas, etc. con mayúscula en la primera letra de cada palabra? En España nunca se hizo así y no hay necesidad de cambiar, es fastidioso ese afán de copiarlo todo.

¿Por qué se permite que haya coches con la bola trasera para remolques sin más protección en el mejor de los casos que una bola de tenis vieja como funda? Son el terror de los parachoques ajenos. Sé de alguien que la puso, sin usar nunca remolque, según él para protegerse de los que aparcan «de oído». Si a eso le unimos que actualmente los parachoques o defensas más que tales parecen parabesos

¿Por qué ha desaparecido la palabra barato para que todo lo que no es especialmente caro pase a llamarse low cost, desde unos calzoncillos, a un juguete, un gimnasio o un hotel? Tenemos tantas o más expresiones para designar eso que el inglés, pero no, hay que copiarlo porque parece más mundano y quien lo importó debe pensar que pasará a la posteridad.

¿Por qué muchos nos lanzamos frenéticamente hace tiempo a la compra de bombillas de bajo consumo, regocijándonos con la idea de que íbamos a pagar bastante menos en el recibo, si de inmediato las eléctricas, con el visto bueno del gobierno, han elevado eso que llaman «término fijo» –y lo no fijo, también–, que no es más que un impuesto revolucionario, casi terrorista? Lo que han debido reírse viendo al consumidor hacerse con esas carísimas bombillas pensando que iba a poder ahorrar en la electricidad...

¿Por qué las televisiones escogen como corresponsales –y a veces como presentadores– a las personas menos indicadas para ello por su incultura o dicción? Son con frecuencia analfabetos confesos y en ocasiones especialmente desaconsejados para el trabajo, como le sucede al corresponsal de TVE en Andalucía, que tiene el curioso nombre de Diego Velázquez y aparenta padecer un problema parecido a los pólipos por lo que habla algo gangoso. Otros muchos entonan con un soniquete más propio de tómbola de feria que de un presentador televisivo, ¿quiénes los seleccionan y contratan?, ¿ya no tienen que ser, como antes, personas con estudios y una dicción correcta?

¿Por qué en los calendarios americanos la semana comienza en domingo y termina en sábado si son ellos los que inventaron la expresión weekend para referirse a lo que todo sabemos, incluyendo el domingo, precisamente como final de esas pequeñas vacaciones? 
 
¿Por qué abundando quienes no hacen uso habitual del acento gráfico, también llamado tilde, e incluso despreciando su uso, se empeñan en acentuar el pronombre «ti» contra viento y marea? Sospecho que algo tiene que ver que la palabrita suele pronunciarse con cierto énfasis.

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