18 diciembre 2024

El castigo de la hoguera

Si se le pregunta a cualquier español sobre este castigo, he comprobado que la mayoría arranca a hablar sobre la Inquisición española y sus terribles procesos. Siempre nos ha gustado hablar mal de España y parece que todos han leído a Allan Poe. No es así, porque la mayoría no lee, deben estar convencidos de que tocar un libro es pecado.

No sirve de nada saber que la leyenda negra es algo más que un mito y que la guerra psicológica ya se inventó hace siglos. Era una necesidad porque el Imperio Español arrasaba en el mundo y otros países necesitaban difundir una idea negativa del país: en el siglo XVI los italianos temían a España y veían necesario extender una idea negativa sobre todo lo que se refiriera a nosotros, había que popularizar la idea de que éramos un peligro para todos, quizás intentando tapar crímenes cometidos por ellos como el de Giordano Bruno, quemado en la hoguera por hereje. 

Inglaterra, aunque por motivos diferentes, simplemente no quería desperdiciar la oportunidad de desprestigiar a su rival en tantas cosas y además tenía mucho que ocultar detrás de maldades ajenas. Además quería tapar la cantidad de personas quemadas en la hoguera acusadas de brujería.

Afortunadamente, en 2004 se abrieron los archivos secretos de la Congregación para la Doctrina de la Fe (conocida popularmente como Inquisición) siguiendo órdenes de Juan Pablo II, lo que dejó al descubierto el número de personas quemadas en la hoguera por acusación de brujería o causas semejantes (reproduzco tal cual ha sido publicado, excepto el comentario sobre Juana de Arco):

•    Alemania: 25.000 (sobre 16 millones de habitantes)
•    Polonia - Lituania: 10.000 (sobre 3 millones y 400.000 habitantes, respectivamente)
•    Suiza: 10.000 (sobre 1 millón de habitantes)
•    Francia: 4.000 (desde los siglos XV al XVIII)
•    Reino Unido: 2.500 (¿alguien recuerda que fueron ellos los que quemaron a Juana de Arco?)
•    Dinamarca - Noruega: 1.600 (sobre 970.000 habitantes)
•    España: 49
•    Italia: 36
•    Portugal: 4

¿Dónde queda el terror implantado en España por la Inquisición? Pues sinceramente en muy mal lugar y es que los ingleses siempre nos superaron en eficacia a la hora de acabar con los enemigos. En lo que no nos han podido superar es en la existencia de “alvises” entusiasmados con injuriar a su propio país, que entonces podían llamarse Antonio Pérez, secretario de Felipe II, un magnífico creador y difusor de la leyenda negra.

La palabra Inquisición es asociada de manera natural con España, desconociendo el hecho de que la hubo en numerosos países y que la española no fue la primera ni la más sangrienta. Eso por no mencionar a otros tribunales, como los calvinistas, que juzgaban y ejecutaban en la hoguera a numerosas personas como a nuestro compatriota Miguel Servet al que quemaron allí por no aceptar lo estipulado sobre la Santísima Trinidad por aquellos fanáticos.

Es ya natural que cuando un español oye decir “muerte en la hoguera” piense de inmediato en la Inquisición española, porque ya nos hemos acostumbrado a oír y pensar que si alguien murió en la hoguera es a causa de algún español; como si hubiéramos estado presentes en tiempos de aquellas atrocidades. Quizás por eso hay ciertos políticos actuales a los que entusiasmaría someter a esa pena a su oponente, sobre todo aquel torpe que “no es presidente porque no quiere”. 

Ya lo he contado en otra entrada no hace mucho. Un escritor dejó dicho “Oyendo hablar a un hombre, fácil es acertar dónde vio la luz del sol: si os alaba Inglaterra, será inglés; si os habla mal de Prusia, es un francés, y si habla mal de España, es español”.

02 diciembre 2024

Cocinas y cocineros

Hay tantas cosas que repasar e intentar poner en su sitio que de verdad que se me amontonan los temas a tratar y solo mi pereza me impide estar todo el día dándole al teclado (aunque sea en vano). Les aseguro que cuando yo, y seguramente quien me lee, era niño, un cocinero era simplemente alguien que hacía comidas, más o menos sabrosas, pero comidas destinadas a ser engullidas; y se acabó. Ahora un cocinero en un señor más conocido e importante que un arquitecto o un juez, que gana más dinero y que más que hacer comidas realiza 'obras de arte' donde lo más importante no es el sabor, sino el aspecto de lo cocinado, un plato de diseño que no se parezca a los que usamos en casa: una hojita de no-sé-qué por encima, un chorrito de vaya-usted-a-saber-qué-cosa, un poco de mayonesa de albérchigo y una remuneración que ya querría para sí la mayor parte de los arquitectos.

Hace unos años, un amigo que presume de intelectual, me dijo en un aparte –como si se hubiera acostado con Putin− “mi hijo nos ha llevado a comer a DiverXo”, que, si no me equivoco, es el restaurante de ese que lleva el pelo como el penúltimo mohicano. A eso hemos llegado: a presumir de haber ido a un restaurante cuyo menú degustación cuesta actualmente 450€ por persona. No me dijo nada de que le hubiera gustado tal o cual plato, sólo le interesaba  vanagloriarse de haber estado en el restaurante de un exhibicionista, cuyo mayor mérito es asombrar a todos los catetos que hay por el mundo; que son muchos. Y de paso, presumir de hijo acaudalado.

Hay un cocinero –debería decir ex cocinero− que tenía un restaurante en no sé qué lugar de Cataluña (Ferrán Adriá se llama) y que cerró su restaurante de gran éxito para dedicarse nada menos que a la investigación culinaria. Todavía estoy esperando a que le concedan el Nobel “de algo”. Todo su triunfo deriva de que una revista o diario inglés calificó su restaurante como el mejor del mundo y todo el mundo, de inmediato creyó localizar el Paraíso en ese local. Los ingleses, para quien no lo recuerde, son esos que no saben ni hacer una tortilla, que comen porquería casi exclusivamente (atrévase con eso del fish and chips), los domingos roast beef, y que todavía se vanaglorian de su –falso− triunfo sobre la Gran Armada que ellos bautizaron burlonamente como la Armada Invencible; al año siguiente intentaron invadir España y se llevaron un sopapo del que todavía no se han recuperado. Son esos que siguen autotitulándose british empire, cuando en la actualidad son tan imperio como Imperio Argentina.

Es difícil encender la televisión y que no haya entre los canales normales al menos un programa de cocina, ¿de verdad interesa tanto o es un interés inducido? He comprobado que hay incluso algún canal de televisión dedicado exclusivamente a la cocina. Existe un concurso, que yo no he visto nunca y que es de origen británico, pero que tiene una audiencia muy numerosa: se trata de Master Chef y sus variantes (Junior, Celebrity, VIP, etc.), un programa que triunfa en todos los continentes habitados y más de 41 países. No se trata de que exista una pasión sin límites por la cocina, sino que ese amor es por salir en televisión y el éxito en redes sociales. ¿Se imaginan un niño de diez años amante de la cocina? Yo, por supuesto, no me lo creo, simplemente la motivación es esa ola, que empuja a todos los que no tienen muy claro qué hacer, a participar en una competición de gran resonancia entre esa clase de público. Ellos se crían y ellos se juntan. Amén.  

07 noviembre 2024

Ganó Trump: ¿qué significa eso?

¡¡Han conseguido superar a aquel vaquero mamarracho llamado Ronald Reagan!! Para la mayor parte del planeta por supuesto que es una catástrofe, porque significa que la mayor potencia del mundo va a estar dirigida por un empresario pintoresco y lunático, ahí está el apoyo entusiasta de ese otro peligro llamado Elon Musk. Aparte de eso, es preciso que todos los políticos repasen las razones por las que Donald Trump, procesado por diversos delitos contra el Estado, procesado por delitos sexuales con corrupción económica, calificado por muchos de peligro para la democracia, ha ganado las elecciones y de manera rotunda: controla las dos cámaras y el Tribunal Supremo (es bueno tener a los jueces como amigos o colocar amigos en el puesto de jueces), ya no debe sentir ningún temor por sus procesos judiciales pendientes, ahí están sus amistades, que no le harán perder el tiempo en pamplinas.

No es bueno ser pesimista, pero no era por pesimismo que yo estaba casi convencido de que iba a resultar ganador en esta contienda; sus opositores mostraban excesiva debilidad, falta de consistencia y excesiva improvisación. No me gustaba Kamala Harris y ahora que ha perdido confirmo esa convicción, parecía una mala presentadora de televisión, siempre con la carcajada en la boca. Porque lo peor tras el surgimiento de gente como Trump es que no hay con quien hacerle oposición, porque no se dispone de gente honrada, preparada, con ganas de ayudar en esta pésima ocasión.

Por descontado, no hay catástrofe alguna para los que ya están en su cuerda: Netanyahu, Meloni, Orban, Bolsonaro, Milei, actores secundarios como Abascal, Díaz Ayuso, Alvise, Farange…  y otros cuyos nombres no se han hecho todavía populares. Ya lo serán.

El caso es que nos ha caído encima algo terrible y eso todo el mundo lo va a comprobar… cuando ya sea tarde. No hay más que repasar las ideas de este personaje sobre asuntos que nos preocupan a todos: nacionalismo económico, economía, inmigración, feminismo, homosexualidad y otros muchos. Y ya que estamos, ¿para cuándo los partidos de izquierdas europeos se darán cuenta de que siguen un camino equivocado y que le están poniendo la alfombra roja a los ‘Trump” de otros países? Al menos en los tres temas que forman la espina dorsal de la política del PSOE: inmigración, feminismo y homosexualidad. Cada día que pasa se oscurece el horizonte en lo relativo a la inmigración ilegal y parece que a nadie le llama la atención que la llegada de inmigrantes ilegales (ahora llamados migrantes, a secas), en especial a Canarias, se ha duplicado respecto del año anterior, ¿alguien piensa que es un fenómeno temporal? Porque no lo es.

Dicen que África tiene actualmente unos 1.400 millones de habitantes; una cifra que se duplica cada 27 años, ¿alguien piensa que los países de ese continente serán capaces de crear medios de vida para esa población o que seguirán convencidos de que su futuro es venirse a Europa? Algo parecido sucede en los países hispanos de América que aumentan de población de una manera enloquecida porque 6 u 7 hijos es una cifra normal para buena parte de ellos. En 1900 había 1.650 millones de habitantes en el planeta, en 1970 éramos unos 4.000 millones, actualmente unos 8.200 millones, ¿de dónde se va a sacar todo lo que estos seres necesitan para vivir, ¿es su único futuro emigrar a Europa y los EE.UU.? 

Durante décadas, los presidentes de EE.UU. han tenido una presencia de personas normales, incluso siendo un chorizo como Nixon o un payaso como Reagan, nos tranquilizaba saber que en algún lugar había algún freno para limitar los desmanes de estos personajes. Ya se acabó y no se reprimen en sus hazañas, con una presencia personal peor que la de Tellado o Cuca Gamarra. Por eso, la única solución para tanto descerebrado es buscar vendedores de humo como Trump. Un delincuente, un mentiroso, un amigo de gente nada fiable: una maldición para los demás. Esperemos poder sobrevivir.

04 noviembre 2024

Publicidad y mentira

Cuando yo era niño, y de eso hace ya muchísimo, la publicidad que nos rodeaba coincidía con lo que en teoría es la razón de su existencia según el común sentir: informar de la existencia de un producto y de su utilidad. No acaba de coincidir con la definición que da la RAE en su tercera acepción: “3. f. Divulgación de noticias o anuncios de carácter comercial para atraer a posibles compradores, espectadores, usuarios, etc.”, y para no comprometerse incluye vaguedades que no limitan en absoluto a los anunciantes. Recuerdo un anuncio que veía cuando era niño, porque permaneció muchos años en el mismo lugar, no recuerdo si era de azulejo u otro material duradero: una joven de apariencia neutra sostenía un manojo de cintas con todos los colores imaginables y debajo un título decía “Tintes Iberia”; eso era todo. Su tamaño debía ser de 2,5m x 1,5m, se veía bien, pero no agobiaba.

Prestemos atención, por ejemplo, a los anuncios de perfumes en televisión. Ninguno habla de las características o componentes de estos productos, por el contrario hay incluso alguno en los que casi se promete que se podrá aumentar la cantidad de relaciones sexuales mediante su uso y en todos los casos se afirma que incrementará el éxito con el sexo contrario. Solo casi de pasada se menciona el perfume e incluso en ocasiones en los segundos finales un protagonista se abalanza sobre el otro con la clara intención de tratar a fondo eso de la atracción.

Da igual de qué producto se trate, lo de menos es el producto en sí y lo que importa son los efectos que produce sobre los usuarios: euforia, satisfacción, felicidad. ¿Han visto muchos anuncios en los que el protagonista no luzca una sonrisa de campeonato? Y lo curioso es que cuela, nadie se para a pensar en que posiblemente el actor no haya probado jamás lo que se anuncia. Sonríe porque le pagan.

Hace unos quince años a mi hijo, entonces de unos 17, le ofrecieron hacer un anuncio para promoción de los locales de bingo. Era solo una foto y la retribución fue de mil euros. Siempre he considerado a quienes protagonizan anuncios unos pringaos mercenarios, pero en este caso y como era complicado dar marcha atrás, permití la fechoría con el compromiso de no  repetir. No se repitió y me alegro, porque desprecio profundamente a quienes protagonizan anuncios, porque el propósito de estos es engañar a sus conciudadanos y su única justificación es que muchos lo hacen. Con eso limpian su conciencia, que no siempre está activa: la pasta es la pasta. A ver cómo lo digo suavemente: me parecen unos pringaos. Supongo que no hace falta que diga que mi hijo no ha pisado en su vida un bingo.

Cuando la publicidad entra en el detalle y deja de ser prometedora de vaguedades, casi siempre es engañosa. Hay infinidad de empresa sancionadas porque el engaño es brutal, pero sucede que la sanción es siempre menor que los beneficios que el engaño ha proporcionado y como el poder de estas empresas es muy superior al de los sancionadores, se les sigue permitiendo ejercer lo que con toda desfachatez llaman autocontrol.

El caso de las bebidas energéticas es sangrante. Se asegura que sus efectos nos transforma en seres superiores, dejando de lado que los principales consumidores son adolescentes y jóvenes que se vuelven adictos a un producto claramente perjudicial. ¿Sabían que casi todas tienen prohibida su fabricación en España y es la UE la que obliga a permitir su consumo mediante la libre importación?

Para terminar no quiero dejar de llamar la atención sobre un elemento inevitable en los anuncios: la presencia de alguien de raza negra. Nada que se justifique por la abundancia de negros en España, sin embargo ahí están. A mi entender son dos los motivos de estas presencias; de un lado mostrar que el anunciante es moderno (puesto que la negritud se asocia a la modernidad) y de otro ir acostumbrándonos a esta convivencia, a tener de vecino a alguien de esa raza. Y no es que yo tenga nada contra los negros o los chinos, pero es que no sé qué pintan ahí, ¿creen que en la publicidad en Japón sale un señor de Lugo?

18 octubre 2024

Coches con caducidad

Hoy fui a hacer unas compras y tras aparcar, al bajarme, el propietario del coche de al lado que también acababa de llegar, me pregunta qué etiqueta DGT tiene mi vehículo. Le contesto y miro la matrícula de su coche: las letras son CBG y al parecer tiene 22 años. Si me dicen que ese coche tiene tres meses de antigüedad me lo creo, porque está flamante. Se trata de una berlina Peugeot, no miré el modelo, pero es grande, de bonito y moderno diseño y está como nuevo. Con el motor en marcha no acierto a ver ningún humo en el escape –sé que las partículas no suelen ser visibles− y me cuenta que tiene pasadas todas las ITV sin ningún problema. Su propietario vive en Coslada, que es una población contigua a Madrid, pero no puede conducir por Madrid porque las disposiciones actuales le impiden incluso entrar en la ciudad lo que, naturalmente, le indigna.

Esto es lo que han conseguido las disposiciones del gobierno, siguiendo −supongo− las directrices de la Unión Europea, que a mi entender lo que persiguen no son tanto la inexistencia de emisiones perjudiciales para la atmósfera y por lo tanto para los seres vivos, como ayudar a los fabricantes de automóviles obligando a la ciudadanía a renovar el parque, bajo amenazas y extorsión. Se sabe que en todo el mundo las nuevas leyes no pueden tener efectos retroactivos, pero cómo entender que alguien se compre un coche por ejemplo en 2010 y ahora le prohíban circular por la ciudad o aparcar en la calle, algo de lo que no le avisaron cuando hizo la compra.

Sí, son amenazas porque su instrumento es prohibir el acceso al centro de las ciudades según la antigüedad y el cumplimiento de las normas Euro-4, Euro-5 y Euro-6. Yo entiendo que a un coche nuevo se le obligue a cumplir determinadas normas anticontaminación, tan estrictas como consideren, pero me parece una extorsión obligar a nadie a que su coche, que está en buenas condiciones, cumpla unas normas que no existían cuando se compró, tanto es así que pasa anualmente la ITV sin ningún problema. Yo y cualquiera estamos hartos de ver camiones, autobuses y hasta turismos nuevos arrojando una nube de humo y a veces llevan hasta la parte trasera ennegrecida por ello, ante la indiferencia de quienes deberían impedir su circulación por muy nuevo que sea el vehículo.

Claro que la razón principal de acorralar a los propietarios de coches que no son recién fabricados no es evitar la contaminación, sino obligarlos a comprar uno nuevo, a ser posible eléctrico, unos trastos que no merecen la consideración de no contaminantes, porque contaminan al ser fabricados, contaminan al circular puesto que la electricidad no siempre tiene origen renovable, y contaminan al ser desechados porque las baterías son difíciles si no imposibles de reciclar y contaminan muchísimo al acabar su vida útil, según afirman quienes entienden de ello. Eso por no hablar de la dificultad de recargarlos por falta de instalaciones adecuadas. La cuestión es que hay que ayudar a los fabricantes y aceptar que impongan un tipo de motorización sin futuro.

Porque esa es otra: quieren que compremos esos coches carísimos porque dicenlas baterías son costosas de fabricar y resulta ser una ocasión aprovechada por los fabricantes para aumentar precios sin ningún control, pese a que los motores eléctricos son simples, aunque terminan siendo muy complejos debido a todos los sistemas auxiliares que les acompañan y a los cientos, hasta ochocientos kilogramos de baterías, que hay que ir moviendo por donde vayamos. Por no hablar de la autonomía. Un coche eléctrico es una estafa con ruedas.

No se ha intentado seriamente encontrar otro tipo de motorización que no suponga tanta contaminación, directa o remota, y que de verdad suponga una mejora al sustituir a los motores de combustión. Mi coche tiene en la actualidad quince años de antigüedad y no lo he sustituido sin que la razón económica sea la principal; simplemente está magnífico de aspecto porque lo guardo en un garaje privado, tiene poco más de 60.000 km y está verdaderamente como nuevo, no ha tenido nunca una avería, contando con todos los elementos de seguridad y confort que pueda exigirse: cambio automático, desde sensores delanteros y traseros a cámara trasera, equipo de sonido con nueve altavoces, tapicería de piel, asientos con ajustes eléctricos y memoria de ellos, ¿de verdad quieren que lo lleve a un desguace?; sin embargo, ¿por qué consienten que haya un 10% de vehículos que no pasa la ITV, cuando saben perfectamente cuáles son?

Mientras, tenemos centrales nucleares cuyos residuos altamente contaminantes no saben ni dónde almacenarlos, el transporte aéreo contamina hasta asfixiarnos y se promueve su uso incluso privadoporque se trata de favorecer la movilidad y el turismo, que tanto contamina. Se facilita la compra de vehículos tipo SUV, cualquiera de los cuales contamina más que esos vehículos que pretenden que nos deshagamos de ellos para comprar… ¿un SUV?

Lo que de verdad contamina no son los automóviles, sino los 8.200 millones de habitantes del planeta; en 1970 éramos 4.000 millones. No hay agua para todos, no hay comida para todos, no hay vivienda para todos. Arreglen eso; si pueden.

01 octubre 2024

A vueltas con los que vienen de fuera

Se trata de unos temas a los que, lo sé, no paro de referirme y lo peor es que voy a seguir, con la certeza de ser tachado de racista y xenófobo; algo que me da igual. Desde los tiempos de Fraga Iribarne, los españoles en general sentíamos cierta felicidad cada año al comprobar cómo aumentaba el número de turistas que nos visitaban. Sabíamos que eso significaba divisas y no molestaba a nadie.

Cambiaron las cosas como siempre que hay abuso de por medio: en muchas poblaciones españolas azotadas por ese turismo, ahora masivo, se están celebrando manifestaciones de protesta al comprobar el daño que a los nativos produce esa presencia en plan marabunta que hace imposible la convivencia y secuestra la ciudad para sus habituales habitantes.

Yo, que resido en una ciudad que no es en la que nací, tenía por costumbre visitar cada año una o dos veces mi localidad natal. Este año, por primera vez, no he aparecido por ella, puede más el rechazo que siento al ver todo invadido por turistas que el fastidio de no verla gustándome tanto.

Da igual que el turista provenga de China que del Reino Unido, antes que el beneficio económico que pueda resultar para algunos la llegada de foráneos, está el derecho de los autóctonos a disfrutar sin interferencias o limitaciones del lugar en el que residen.

Hay otra llegada de extraños que también provoca incomodidades y, de momento, algunas protestas. Hablo de la llegada de inmigrantes en cayucos o pateras, que no son de ninguna manera refugiados, pero que son acogidos conforme a unos acuerdos de 1951. El otro día en el telediario, mostraban a una Ana Blanco jovencita era 1994 dando la noticia de que, “por primera vez”, había llegado a Canarias un cayuco con dos inmigrantes africanos, estos días se cumple el 30º aniversario. Hoy se cuentan por decenas de miles, pero seguimos con los acuerdos de 1951. Cierto, hay sectores a los que agrada el aumento de población indocumentada; imagine por qué.

Es una manera de burlar las leyes de inmigración, pero en vez de ser encarcelados o expulsados, son acogidos y en muchas ocasiones financiados por el Estado, es decir, por todos. Los partidos políticos no se atreven a abordar el problema como correspondería por miedo a perder votos de los biempensantes, lo que es aprovechado por la ultraderecha para hacer de ello uno de sus argumentos políticos.

África tiene en la actualidad unos 1.400 millones de habitantes, pero como procrean sin el menor sentido de responsabilidad, esa población se viene duplicando cada 27 años. Es decir, ellos procrean sin preocuparse de nada y nosotros tenemos que hacernos cargo del resultado de su entusiasmo sexual. Parece que el ejercicio de la compasión se activa de manera notable incluso entre los ateos, facilitando una situación de la que nos arrepentiremos cuando sea tarde, como pasa con el turismo.  

La gran mayoría provenía en su día del Magreb, Mauritania y Senegal. Hoy vienen además de Costa de Marfil, Burkina Faso, Guinea Conakri, Gambia, Pakistán, Afganistán, etc. Mañana, vaya usted a saber, seguramente desde todos los confines, porque no es tan fácil encontrar un país de tontos. En España el dilema de los jóvenes es si ir a la universidad o hacer FP. En esos países el dilema equivalente es quedarse o venir a España. Los que ya están aquí o su misma televisión les hacen creer que aquí se vive de lujo, así que la decisión es fácil. Y ya saben que aquí son bien recibidos los que vienen saltándose las leyes.

Digo yo, ¿tan difícil es hacer como Alemania que selecciona a los que llegan ajustándolos a las profesiones que precisan? Australia tiene fama de país bueno y generoso, pero ¿saben lo que hacen con las embarcaciones que su vigilancia costera encuentra camino del país? Simplemente los remolcan hasta unas islas lejanas –Nauru y Papúa Nueva Guinea– y allí los dejan que se apañen. Ya no precisan hacerlo con frecuencia, porque no hay efecto llamada. Hoy mismo oigo en el telediario que desde Canarias han salido los de Salvamento Marítimo de siempre para encontrar un cayuco que está perdido a 320 millas del archipiélago (562 kilómetros), con más de 120 personas. ¡¡Los buscamos a domicilio!! ¿Cuánto ha costado ese rescate?

Recuerden: son ellos o nosotros. Ya casi no tenemos tiempo para reaccionar y poner fin a una invasión que se va a duplicar de año en año. De momento, ya han llegado a Canarias más del doble que el año pasado.


24 septiembre 2024

Perfectas desconocidas

Suelo leer cada día la versión digital de tres o cuatro diarios –a alguno estoy incluso suscrito− y cada día aumenta mi asombro por la ingente cantidad de jovencitas (o no tanto) que aparecen en sus portadas, como si fueran personajes de gran popularidad. No conozco a ninguna, pero sospecho en dónde se encuentran esas canteras aparentemente inagotables. 

Normalmente no veo concursos en televisión, ni frecuento redes sociales, ni me interesa eso que llamamos influencers, ni uso apenas el móvil; no es extraño que si vivo en medio diferente al de la mayoría de mis compatriotas, el resultado es que mi mundo sea diferente al de mis compatriotas. Y seguramente, mejor.

Por descontado, casi todas responden más o menos al mismo patrón: la mayoría de ellas se han colocado prótesis mamarias y se han inyectado bótox o ácido hialurónico o vaya usted a saber qué –la verdad es que no sé muy bien cuál producto– en los labios para que estos adopten el aspecto de los de una mujer perteneciente a alguna tribu primitiva africana, carnosos o salchicheros, si bien abundan entre quienes se operan de sus labios las presentadoras de televisión y otras bastante conocidas que se arriesgan a un cambio exagerado de aspecto, porque piensan que hoy en día si no estás a la última, no estás.

También suele tratarse de participantes en algunos de esos concursos terribles de la televisión actual y que esperan que su participación devenga en algún contrato sustancioso en televisión, algún papel en una película de esas que luego no ve nadie o, por lo menos, un romance con algún famosillo. Todo eso suele dar dinero y likes en las redes, que es lo que se busca. Y si alcanzan cierto grado de popularidad, siempre les queda eso de Only Fans donde, si no lo saben, colocan sus atrevidos vídeos o fotos recibiendo a cambio una remuneración. Recuerdo que cuando niño solíamos buscar en el diccionario palabras atrevidas y en ramera (o sinónimos) encontrábamos la definición de mujer que comercia con su cuerpo.  ¿Valdría esa descripción para quienes viven sin dar un palo al agua, solamente exhibiendo sus atributos y en ocasiones alguna actuación procaz? 

El caso es que los periódicos hablan de ellas, o de su pareja, o de su cuñado, como si tuviéramos la obligación de conocer a todos esos desconocidos que posiblemente y como refiere el dicho, no son conocidos ni en su casa a la hora de comer. Probablemente, esto debería darme cierto complejo de aislamiento, pero en eso –y sólo en eso− soy similar a los británicos y por lo tanto concluyo que los demás están aislados: en su estulticia.

Últimamente, las famosas –y por lo tanto quienes no lo son aunque lo desean− han dado un paso adelante y andan vistiéndose –más bien desnudándose− empeñadas en que conozcamos cómo tiene sus mamas, su entrepierna y su trasero; la totalidad del negocio. Yo reconozco que me gustan tanto los desnudos femeninos −los atractivos, claro− como me desagrada la pornografía, así que bienvenidos sean esos conocimientos de lo que hasta hace poco se consideraba intimidad, aunque sea a costa de la pérdida de ese misterio que acompañaba a las mujeres –no todas–, que hacía que todos desconociéramos lo que solamente su pareja conocía a fondo.

Es cierto, lo reconozco, que algunas de estas mozas terminan siendo conocidas hasta para el más reticente. Ahí tenemos a la tal Georgina Rodríguez, de profesión pareja de Cristiano Ronaldo, empeñada en que conozcamos cada centímetro de su cuerpo, no siempre de origen natural. Tengo que reconocer que está de buen provecho, pero permítaseme que no me agrade en absoluto pese a sus atributos. 

03 septiembre 2024

El turismo mata o, como poco, asfixia

Hace más de diez años hablaba yo del turismo masivo en este blog y poco después ya avisaba del peligro que suponía. Todavía hay muchas personas que consideran que no es para tanto y ven una gran bendición la llegada de turistas desde el extranjero.

Según cuentan, fue Thomas Cook el que inventó el negocio del turismo, creando una agencia de viajes organizados en 1841. Creo que fue por los años 60 del siglo pasado cuando el gobierno español vio una posible salida a nuestra pobreza tradicional fomentando la venida de turistas de otros países. Éramos entonces poco más de 30 millones, ahora nos acercamos a los 50. El mundo tenía algo menos de 3.500 millones y actualmente nos acercamos a los 8.200 millones, buena parte de los cuales han decidido visitar España por aquello de sus playas, sus monumentos, su gastronomía y sus precios. No hace falta ser muy listo para darse cuenta de que ya no cabemos y no hay para todos. Gracias a eso, Alemania presume de que Baleares forma parte del territorio de su país y, casi en igual medida, Canarias.

A todo esto, ¿sabe quiénes financian los servicios de esos turistas extranjeros? Pues aunque parezca mentira, nosotros; los mismos que no podemos competir con el poder adquisitivo de tanto turista y que nos vamos viendo privados de la posibilidad de disfrutar de nuestro propio país. Somos nosotros los que pagamos la depuración y traída de aguas para el consumo, quienes pagamos la recogida de basuras, las infraestructuras de transporte, etc. etc. Somos nosotros también los que perdemos la posibilidad de adquirir una vivienda porque la demanda es mucha y hasta el señor Mariano Rajoy tuvo la feliz idea de lo que se llamó la “golden visa” que permite que mediante una modesta inversión de algo más de 500.000 €, cualquier extranjero pueda conseguir una visa para asentarse en España y por lo tanto desplazarse por todo el espacio Schengen sin dificultades. Eso complica aún más nuestro problema inmobiliario, pero ¿no es maravillosa esa hermandad universal?

¿Sabe quiénes se benefician del turismo? Indudablemente todos en una muy pequeña magnitud; mayoritariamente los hoteleros que son los que recogen la mayor parte de lo que estos turistas dejan, aunque hay que recordar que buena parte de los hoteles son de capital extranjero y es para sus países para donde va el mayor beneficio. Según nos cuentan, los ingresos por turismo suponen el 13% del PIB, nada del 30 o 40% como he oído decir a algunos. También genera un cierto número de puestos de trabajo, en su mayoría precarios y mal pagados, pero tapona el emprendimiento porque aquello es una solución fácil y asequible; así quedan poblaciones e incluso regiones en los que no se plantean ninguna iniciativa porque saben que el turismo es lo preferido por las autoridades y las industrias dan mucho trabajo.

Para muchos, la principal adversidad del turismo es que nos obliga a competir con gente venida de fuera que posee mayor poder adquisitivo y que por añadidura son los que en sus lugares de origen pueden permitirse viajar. Nos supone subidas de precios en alimentación –la comida para  más de 80 millones no sale del aire–, hoteles, vivienda y todo en general. Hoy mismo, veía en televisión quejarse a los habitantes de una población de La Coruña de que durante el verano no sale agua de sus grifos, debido a que la población se multiplica por tres y no hay agua para tantos.

También he visto a responsables de las poblaciones por las que pasa el camino de Santiago quejándose de los destrozos intencionados que los visitantes producen, difícil de relacionar con quienes supuestamente están haciendo una peregrinación con cierto carácter religioso. Por no hablar de los grafitis hechos en la propia catedral de Santiago.

Es el primer año que no viajo a la población en que nací porque es imposible visitar los lugares más emblemáticos y todo el centro de la ciudad está saturado de turistas y de tiendas de camisetas y baratijas. Desaparecieron los comercios de siempre para ser sustituidos por los de souvenirs baratos y alguna franquicia. Desde hace décadas pasaba mis vacaciones de verano en una población del sur en la que alquilaba un apartamento durante un mes. Se ha puesto tan difícil comer en un restaurante local por culpa de la afluencia que hace cinco años decidimos cambiar a un hotel con casi todo incluido; pero los precios han sufrido tal incremento que hemos tenido que reducir los días a la mitad y aun así gastamos más de lo aceptable. 

Madrid, en donde vivo, se ha vuelto imposible si usted quiere visitar un museo, porque las colas son insoportables. Ni en mi ciudad natal ni en Madrid es posible sentarse en una terraza porque la demanda es terrible. En fin, detesto de tal manera el turismo que hasta he dejado de viajar a otras ciudades extranjeras y no me atrae el desierto de Gobi, que posiblemente –solo posiblemente– no esté saturado todavía.

Dicen los medios que se ha incrementado la construcción de hoteles de cinco estrellas en un 50%, parece ser que para atraer más turismo de calidad. Adivine quiénes se van a ver afectados por una subida de precios: acertó, nosotros los españoles.