Todavía no he conseguido entender por qué extraña razón los hispanos de América se empeñan en cambiar el acento de algunas palabras españolas como “vídeo”, “élite”, etc. y por qué sustituyen la partícula “lo” por “la”, como por ejemplo en la expresión “lo pasé bien” que dicen “la pasé bien”. En realidad, sospecho que simplemente no entienden muy bien lo que hablan y quizás sufren una influencia excesiva de los EE.UU., al que sienten mucho más cercano que la distancia real que los separa. En español, la partícula “lo” es similar a otras de otros idiomas y vale para referirse a algo abstracto o inconcreto. Nada que ver con el "la".
Por aquí, seguimos empeñados en jubilar palabras como inválido, lisiado, disminuido o discapacitado que no son en absoluto insultantes, pero que parecen ofender a quienes padecen alguna de las limitaciones a que se refieren. El cuarteto de palabras inválido/lisiado/disminuido/discapacitado ha sido desprestigiado de manera absoluta y ha habido hasta que modificar nuestra Constitución para sustituir esos términos por la expresión “persona con discapacidad”. Supongo que los cojos andarán ahora mucho mejor gracias a esos cambios. Me acuerdo que hasta hace unos años en los transportes públicos había asientos en los que el letrero “reservado a inválidos” dejaba claro para quiénes eran.
Quién iba a decir el pudor que domina nuestro lenguaje. Resulta que a casi todos les resulta vergonzoso decir retrete y buscamos palabras que sustituyan el sustantivo. Casi siempre usamos palabras de otro idioma –toilette, w.c.– o recurrimos a eufemismos, como eso de servicio cuando preguntamos por la ubicación del cuarto de baño.
Otra palabra que también ha sido sustituida −equivocadamente− por otra en inglés es marica. Parece que nuestra arrebatadora corrección nos impide pronunciarla y, la verdad, entiendo que se evite el uso de maricón que es de intención insultante, pero la otra tan solo es descriptiva y no tiene por qué ser maliciosa. Desde luego, lo de gay no me parece buena idea y en cualquier caso debería referirse a varón y hembra, no como aquí que vale solo para varón..
En la listas de palabras mandadas al exilio no pueden faltar lo de ciego o negro. La primera ha sido sustituida por invidente, que no es más que un sinónimo que de momento no ofende y respecto a la otra no hemos llegado a un consenso y por eso se usa lo de persona de raza negra, afroamericano o de color o vaya usted a saber qué, depende de la habilidad del hablante. Sin embargo, los negros siguen existiendo y al desaparecido Javier Marías le fastidiaba ese esfuerzo por evitar lo que es notorio. Y encima, los cursis se inventan lo de subsahariano, como si no hubiera negros al norte o este del Sahara.
Tenía una amiga natural de Kenia −por supuesto que negra− y le pregunté cómo llamaban en su país a los de piel clara como yo: me contestó que −inevitablemente− blancos.

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