31 mayo 2013

Español para españoles (23)

En realidad el título de debería ser algo así como “lamentos por una letra”, pero que ya haya publicado otras veintidós entradas con este nombre me inclina a mantener cierta continuidad. Y al fin, tampoco es que el título importe mucho…

Estaba atendiendo el otro día una clase de inglés que daban por la televisión, y el profesor (norteamericano) que lleva en España más de 35 años, se lamentó de la progresiva desaparición de la “x”, lo que me dejó reflexionando sobre el asunto. No es vicio de pronunciación que tenga lugar en alguna región como Andalucía donde el habla es –digamos– más relajada, sino una extinción que hasta donde yo conozco tiene lugar en la totalidad del país.

Sé que doy pie a esa broma de que hice la mili con lanza y quizás sea merecida, pero lo cierto es que he asistido a la desaparición hasta en el último rincón de España de las pronunciaciones diferenciadas de la b y la v (“be” alta y “ve” baja que decía mi abuela), la ll y la y incluso en el mismísimo Valladolid (no hay que olvidar que hasta 2010 la ll era una letra) y desde hace unos años, poco a poco, la x ha pasado a ser una letra fantasma. No podemos pretender desde ahora que el idioma español es fonético, puesto que poco a poco nos acercamos al caso del inglés, en el que cualquier palabra debe ser deletreada para saber cómo se escribe y hay numerosos concursos escolares de ortografía en los países angloparlantes porque, la verdad, la gente no sabe muy bien cómo se escriben las cosas, aunque aquí vamos camino: hace dos día vi escrito en un periódico digital Ha demas por Además.

En España, y gracias a la incultura generalizada y ensoberbecida, ya se puede decir que hablamos con faltas de ortografía, por increíble que pueda parecer. Se quejaba ese profesor de inglés que citaba al principio de que la gente ahora decía Estremadura (por Extremadura), estraño (por extraño), estenso (por extenso), escusa (por excusa) y así todo. He visto que es cierto hasta en la prensa, y muchas noticias y no digamos los comentarios que les siguen en las ediciones digitales, escriben también de esa manera y, sorprendentemente para que no falte de nada, abundan quienes –por ejemploescriben exclavo (por esclavo) o extratosfera (por estratosfera). Todo esto es natural porque quienes no tienen hábito de leer no tienen más referencia al escribir que la manera en que ellos y su entorno dicen las palabras. Es un arrollador triunfo del analfabetismo sobre el conocimiento que antes era común en cualquiera que hubiera estudiado bachillerato. 

¿A qué se debe la extinción de la x? Pues aparentemente a lo mismo que las no diferenciaciones fonéticas a las que también me refería: cada día estamos aparentemente más extenuados, con menos interés por realizar el mínimo esfuerzo en lo cotidiano, parece ser que se ahorra gran cantidad de energía si decimos estremo en vez de extremo.

Por mi parte, y una vez que he sido consciente de este error, intentaré pronunciar adecuadamente la x aunque eso suponga la burla de muchos para evitar que esa letra quede reservada en exclusiva a su uso como incógnita en las ecuaciones.

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